TIPOS Y/O GRADOS DEL TEA

Hasta hace poco los trastornos del espectro autista recibían diferentes nombres en función de diferentes características como por ejemplo las cognitivas, sociales o emocionales de cada uno de los individuos.

A día de hoy el autismo es una condición que presenta 5 diferentes tipos, además de contar con 3 grados  diferentes.

Tipos de TEA

Autismo o Síndrome de Kanner 

¿Qué es?

El autismo o síndrome de Kanner es un trastorno del desarrollo que se caracteriza por dificultades en la comunicación, escasa interacción social y comportamientos repetitivos. Las personas que lo presentan suelen mostrar poco interés por relacionarse con los demás, prefieren rutinas fijas y centran su atención en objetos en lugar de en personas. También pueden tener un lenguaje limitado o ausente y formas inusuales de hablar.

¿En qué se caracterizan?

Las personas diagnosticadas con este síndrome se caracterizarían por una importante carencia de imaginación, buena memoria mecánica y no presentar deformidades o problemas a nivel motor o físico. Kanner hizo hincapié en que estos rasgos eran ya visibles en la primera infancia, queriendo destacar sus diferencias con otros trastornos “autísticos” de inicio más tardío, como era el caso de la esquizofrenia.

Síntomas principales 

El síndrome de Kanner, también conocido como autismo clásico, se caracteriza por un desarrollo anormal o muy limitado de la comunicación e interacción social. Las personas que lo padecen suelen mostrar indiferencia ante las reacciones y emociones de los demás, incluso hacia sus familiares más cercanos. Mientras que los bebés con un desarrollo típico suelen sonreír, mostrar interés por las personas y prestar atención a su entorno social, los niños/as con este síndrome tienden a enfocarse excesivamente en objetos inanimados y pueden dedicar largos periodos a actividades repetitivas, como hacer girar una peonza o lanzar una pelota.

Otro rasgo distintivo es la falta de contacto visual o su uso inadecuado, dando la sensación de que "miran a través" de las personas. En el ámbito del lenguaje, se observan graves dificultades, como retraso en su adquisición, alteraciones en la entonación (voz chillona, metálica o monótona) y, en casos extremos, afasia global. Además, son comunes trastornos específicos del lenguaje como la ecolalia retardada (repetición tardía de palabras), la inversión pronominal y otros fenómenos atípicos.

El juego en estos niños/as suele ser solitario, repetitivo y ritualista, sin implicar imaginación ni interacción con otros. Leo Kanner llamó a este tipo de conductas “insistencia en la identidad”, aludiendo a la necesidad de mantener rutinas fijas y repetitivas como forma de seguridad y estructura.

 

Síndrome de Rett

¿Qué es?

El síndrome de Rett es un trastorno neurológico de origen genético que afecta casi exclusivamente a niñas y se caracteriza por su naturaleza regresiva. Esto significa que, tras un desarrollo aparentemente normal, las habilidades adquiridas comienzan a perderse de forma progresiva.

Síntomas principales

A medida que avanza, el síndrome de Rett puede ir acompañado de síntomas como convulsiones y discapacidad intelectual, lo que incrementa los desafíos que enfrentan las niñas que lo padecen. Esta combinación de afectaciones hace que el acompañamiento especializado y el apoyo familiar sean fundamentales para mejorar su calidad de vida.

¿En qué se caracteriza?

Durante los primeros seis meses de vida, la mayoría de las bebés con esta condición se desarrollan con normalidad. Sin embargo, con el paso del tiempo, empiezan a mostrar dificultades cada vez mayores para controlar los músculos que les permiten moverse, coordinarse y comunicarse. La pérdida del habla y de las habilidades motoras se vuelve evidente y significativa.

Síndrome de Asperger

¿Qué es?

El síndrome de Asperger es el caso más complicado y no es fácil su reconocimiento porque las personas afectadas no tienen ningún tipo de discapacidad intelectual ni rasgo físico que las identifique.

Síntomas principales

El síndrome de Asperger se caracteriza por dificultades en la comunicación, la interacción social y la expresión emocional. Las personas que lo presentan suelen tener problemas para comprender los sentimientos ajenos, evitar el contacto visual y mostrar interés en temas muy específicos, de forma obsesiva. Les cuesta hacer amigos, pueden hablar de forma poco habitual y sentirse incómodos en grupos sociales. También presentan conductas repetitivas, mantienen rutinas rígidas y reaccionan de forma inusual ante ciertos estímulos sensoriales. Aunque desean relacionarse, muchas veces no saben cómo hacerlo.

¿En qué se caracteriza?

Se trata de un trastorno del desarrollo en el cual existen alteraciones en las conexiones y habilidades sociales, el uso del lenguaje con fines comunicativos y las características de comportamiento y de estilo relacionadas con rasgos repetitivos o perseverantes, así como una limitada gama de intereses son algunas características en el Asperger.

Trastorno desintegrado infantil o Síndrome de Heller

¿Qué es?

El trastorno desintegrativo infantil o síndrome de Heller se relaciona muchas veces con trastornos convulsivos y con la esclerosis tuberosa (trastorno genético que causa tumores no cancerígenos en el cuerpo) siendo esta una condición poco frecuente que afecta al desarrollo de los niños/as. Sus síntomas son parecidos a los del síndrome de Rett.

¿En qué se caracteriza?

Suele aparecer sobre los 2 años, aunque en ocasiones no se hace evidente hasta pasados los 10 años. Se caracteriza por una pérdida repentina de habilidades que ya habían adquirido. Afecta a las mismas áreas que los otros trastornos autistas, como el lenguaje, la función social y la motricidad. Pero su mayor diferencia es que tiene un carácter regresivo y repentino; de hecho, los niños/as llegan a ser conscientes de lo que les pasa y muestran preocupación a las familias.

Síntomas principales

A partir de los 2 años es cuando suelen observarse los primeros signos de alerta del Trastorno del Espectro Autista, marcados por una regresión significativa en el desarrollo del lenguaje, las habilidades sociales y la motricidad. En el área del lenguaje, los niños/as que hasta ese momento utilizaban frases simples y mantenían conversaciones básicas pueden experimentar una pérdida repentina de esta capacidad, llegando incluso a dejar de hablar por completo. Si no se pierde el lenguaje, este se vuelve repetitivo y estereotipado, con presencia de ecolalia. Además, la comprensión se ve afectada, dificultando la respuesta a instrucciones sencillas, y desaparecen formas básicas de comunicación como los gestos o el señalamiento.

En el plano social, también se presenta una regresión notable. Antes del trastorno, los niños/as interactúan, piden ayuda, muestran interés por los demás y participan en juegos. Sin embargo, con la irrupción del TEA, se produce un retraimiento profundo: pierden el interés por las personas y el entorno, prefieren jugar solos y no responden a las iniciativas de interacción de otros niños/as o adultos. Su forma de jugar se vuelve más simple y repetitiva, centrada en juegos de causa-efecto, dejando de lado actividades estructuradas o compartidas.

Las habilidades motrices también se ven afectadas. Pueden surgir dificultades para caminar, correr, saltar, coger objetos o realizar actividades que requieren precisión, como dibujar o manipular materiales. Es común la aparición de estereotipias motoras, como balanceos del cuerpo o movimientos repetitivos con las extremidades. Además, pueden presentarse síntomas emocionales como irritabilidad, ansiedad, retraso en el control de esfínteres, pérdida de autonomía en actividades de autocuidado, discapacidad intelectual grave y, en algunos casos, comorbilidad con otras enfermedades médicas. Todo este conjunto de regresiones marca un cambio profundo en el desarrollo del niño/a, afectando su funcionalidad y su relación con el entorno.

Trastorno generalizado del desarrollo no específico

¿Qué es?

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Síntomas principales

Los niños/as con Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD) suelen presentar dificultades en varias áreas clave del desarrollo. En el aspecto psicomotor, tienen problemas con la coordinación y la motricidad fina. En cuanto al lenguaje, su vocabulario es limitado y presentan alteraciones en el tono, ritmo y entonación al hablar. Su capacidad intelectual varía: algunos tienen un cociente intelectual normal o alto, mientras que otros pueden presentar retraso mental moderado o profundo. Poseen una memoria selectiva muy desarrollada, aunque les cuesta mantener la atención en temas que no les interesan. En el plano afectivo, tienen dificultades para reconocer, expresar y comprender emociones, lo que afecta su comunicación y relaciones sociales.

¿En qué se caracteriza?

Diagnosticar este tipo de trastorno es bastante complicado ya que es necesario realizar una serie de pruebas asociadas con otras enfermedades. Aunque también es cierto que hay una serie de signos que se desarrollan a una edad temprana y que se relacionan con este trastorno. También se presentan trastornos de reciprocidad social, problemas severos de comunicación y la existencia de intereses y actividades peculiares, restringidas y estereotipadas. Además de los síntomas de los otros trastornos del espectro autista en este podemos ver que hay problemas durante el periodo de lactancia, su expresión emocional es escasa, sufren ataque de pánico y rabietas muy intensas. Igualmente son propensos a sufrir accidentes y tienden a las autoagresiones. Los estudios demuestran que los niños/as que han sufrido infancias complicadas o la separación de sus padres son más propensos a padecer este trastorno. 

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